La cerveza se compone principalmente de agua. Las distintas regiones tienen agua con diferentes componentes minerales; como resultado, estas regiones eran originalmente más adecuadas para hacer ciertos tipos de cerveza, lo que les da un carácter especial. Por ejemplo, Dublín tiene agua dura muy adecuada para hacer cerveza negra, como la Guinness; mientras que la Región de Pilsen tiene agua blanda bien adaptada para hacer Pilsner (lager rubia), como Pilsner Urquell. Las aguas de Burton en Inglaterra contienen yeso, que beneficia al hacer una ale pálida y para obetenrla se llega a tal grado que los maestros de cervezas pálidas agregan yeso al agua local en un proceso conocido como Burtonización.
La mayoría de los cerveceros caseros y artesanales utilizan el agua que tienen disponible, ellos no la tratan para preparar todos los estilos de cerveza. Pueden agregar yeso a un IPA o a una receta stout, pero hacer esto no es más que alterar el perfil del agua de escaldado. Este enfoque puede resultar en buenas cervezas individuales, pero no es la mejor manera de producir consistentemente grandes estilos de cerveza. No es casualidad que los cerveceros de Munich hagan lagers oscuras maltosas; que aquellas de Burton-on-Trent, cervezas pale ale lupulosas; o que los primeros inmigrantes que se establecen en el Medio Oeste americano (donde el agua era suave como la de Bohemia) elaboraran cervezas lager como la Pilsner. La calidad y composición del agua local en cada caso acentúa de forma única los sabores en estos estilos indígenas. Usted, sin duda encontrará que si el agua no tratada se utiliza en su cervecería local o fábrica de cerveza, se aplica la misma tendencia: Las mejores cervezas son las que se adecuan al suministro de agua local.
Afortunadamente, los fabricantes de cerveza se pueden preparar más allá de las limitaciones de su suministro de agua local para crear excelentes cervezas de cualquier estilo. En la mayoría de los casos se trata de hacer sólo unos simples cambios en el contenido de minerales en el suministro de agua disponible para crear un medio que ponga en evidencia los sabores que se están buscando. Tratar del agua: No es sólo para las grandes empresas cerveceras.
La mayoría de los cerveceros caseros y artesanales utilizan el agua que tienen disponible, ellos no la tratan para preparar todos los estilos de cerveza. Pueden agregar yeso a un IPA o a una receta stout, pero hacer esto no es más que alterar el perfil del agua de escaldado. Este enfoque puede resultar en buenas cervezas individuales, pero no es la mejor manera de producir consistentemente grandes estilos de cerveza. No es casualidad que los cerveceros de Munich hagan lagers oscuras maltosas; que aquellas de Burton-on-Trent, cervezas pale ale lupulosas; o que los primeros inmigrantes que se establecen en el Medio Oeste americano (donde el agua era suave como la de Bohemia) elaboraran cervezas lager como la Pilsner. La calidad y composición del agua local en cada caso acentúa de forma única los sabores en estos estilos indígenas. Usted, sin duda encontrará que si el agua no tratada se utiliza en su cervecería local o fábrica de cerveza, se aplica la misma tendencia: Las mejores cervezas son las que se adecuan al suministro de agua local.
Afortunadamente, los fabricantes de cerveza se pueden preparar más allá de las limitaciones de su suministro de agua local para crear excelentes cervezas de cualquier estilo. En la mayoría de los casos se trata de hacer sólo unos simples cambios en el contenido de minerales en el suministro de agua disponible para crear un medio que ponga en evidencia los sabores que se están buscando. Tratar del agua: No es sólo para las grandes empresas cerveceras.